miércoles, 10 de octubre de 2012

100 mil empleos perdidos




En el transcurso de este año se han perdido 100 mil empleos en la industria de la construcción, y eso es un indicador del deterioro de la economía hondureña por la caída de la inversión privada y la casi nula existencia de proyectos públicos en el sector vial y de la vivienda.

Las estadísticas de la Cámara de Comercio e industria de la Construcción indican, asimismo, la probabilidad de que el próximo año, 2013, esa situación continuará o podría agravarse por el impacto sicológico negativo de la falta de inversión en obras públicas, que, de haberla, motivaría la inversión privada y la generación de empleo.

La industria de la construcción estratégica y lo que ocurra en ese campo da la pauta de la iniciativa económica en el sector privado. De manera similar, la inversión pública en proyectos de infraestructura básica (carreteras, represas, alcantarillado, caminos de penetración, control de inundaciones, mantenimiento vial, etcétera) es una aportación fundamental para el desarrollo económico y social.

La desviación de los recursos del Estado hacia el gasto burocrático, el clientelismo sectario y las campañas electorales tiende a aumentar en los años electorales, y eso sucede ahora con mayor ímpetu que en el pasado. A eso debe agregarse la inclinación al enriquecimiento ilícito que se desata al final de los gobiernos.

Por si esto no bastara para describir el lado oscuro, las medidas económicas adoptadas por la actual administración se han revertido en paralización de la actividad económica por la vía del incremento de los costos de producción, la excesiva carga de impuestos, la devaluación, el aumento radical del precio de los combustibles y de los servicios públicos, especialmente de la energía eléctrica.

El estadista Jaime Rosenthal Oliva (ingeniero civil, economista y experto financiero) señala, acerca de esta situación, que las medidas de ajuste fiscal aplicadas por el Ejecutivo ha impulsado la fuga de capitales “al espantar las inversiones”. Insiste en que la devaluación no ha servido para aumentar las exportaciones pero sí ha motivado las fugas al exterior de capital hondureño.

Ha subido el costo del dinero —dice Rosenthal Oliva—, “específicamente en el ámbito de los intereses… y como consecuencia de estas medidas erráticas y antojadizas el sector productivo produce menos”. “El gobierno recibe más impuestos, los artículos cuestan más, pero la economía no mejora”.

Agrega el ingeniero Rosenthal: “Para reactivar la economía hay que corregir los errores que hemos cometido. Habría que cambiar la normativa del sistema financiero, crear un mercado de valores para darle liquidez a las instituciones privadas”. Pone como ejemplo de la postración de la empresa privada el hecho de que solamente tres de 40 egresados de las universidades públicas o privadas consiguen empleo. El resto pasa a las filas de 50 por ciento de la población desempleada del país.

Por lo tanto, “hay que crear empleos. No me preocupa la banca porque el sistema financiero es sólido. Lo que sí me preocupa es el país y los pobres de Honduras que no encuentran trabajo”.

Entonces, la clave de la actividad económica está en el financiamiento, reafirma el ingeniero Rosenthal, ya que “un país no puede crecer si no hay financiamiento al sector privado”. En ese sentido, el acuerdo con el FMI no va a sacar de la miseria al pueblo hondureño ni resolverá los problemas económicos de Honduras. “Nuestro país tiene 20 años de estarle haciendo caso al FMI y cada año estamos más pobres”.

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