Por Natasha Pitts *
Comunidades miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), otras organizaciones, comunidades y personas se reunieron en Concepción, Intibucá, zona fronteriza entre Honduras y El Salvador para compartir la preocupación ante la amenaza y agresividad de las políticas capitalistas, las estrategias de militarización y las acciones para usurpar bienes naturales de la región.
Copinh denuncia las embestidas capitalistas sobre los ríos, que son fuentes de vida comunitaria y de alimentación. El Consejo asegura que las autoridades municipales y las empresas trasnacionales están amenazando los ríos Guarajambala, San Juan, Torola, Lempa y Chinacla y pretenden colocarlos en manos privadas.
La explotación minera también es otro fantasma que asombra Honduras. Hoy, empresas ya están realizando estudios para la este fin e hay el temor que sea aprobada la Ley de Minería e Hidrocarburos. Copinh y demás participantes del encuentro también rechazan la reactivación del plan trinacional fronterizo entre Guatemala, El Salvador y Honduras que contempla más de 40 proyectos entre mineros, represas hidroeléctricas, privatización de bosques, grandes proyectos turísticos, proyectos eólicos e incluso explotación de "Tierras Raras” para ser usadas en la última tecnología del mercado mundial depredador.
Otra preocupación es la conformación de fuerzas militares de elite en la región. De acuerdo con el Consejo Cívico ya se han desplazado a la región ex oficiales de las Fuerzas Armadas a querer reclutar jóvenes Lencas para la tropa llamada "Tigres”.
En consecuencia de estos problemas, las organizaciones y comunidades presentes en el encuentro de hoy en Concepción manifiestan su disposición inquebrantable de defender sus sagrados ríos, territorios, cultura y vidas.
"Como hemos manifestado anteriormente, los heraldos de muerte con cualquiera de estos proyectos de privatización perderán sus esfuerzos en esta región ya que ejerceremos como lo hemos hecho históricamente nuestro derecho a la autonomía y defensorías territoriales y comunitarias”, aseguran.
La militarización de la región y el racismo manifestado a través del uso de jóvenes Lencas también no será acepto. Lo que quieren son oportunidades reales de empleo digno para los jóvenes. Las comunidades indígenas de Honduras también afirman que lucharan para que desaparezcan estas estructuras represivas que en nada contribuyen para el desarrollo del país. Además, exigen la disolución de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional Civil y de toda estructura violadora de los derechos humanos que están al servicio de los poderes económicos y políticos oligarcas e imperialistas.
"Seguimos con nuestro proceso de construir una Honduras Refundada, desmontando el capitalismo, el racismo y el patriarcado, la Refundación no solo se alcanza declarativamente sino viviéndola y creándola por adelantado, desde ya, profundizando la lucha social y política, articulándonos y juntándonos en las acciones bajo un proyecto verdaderamente descolonizador que acabe con la injusticia y la opresión de todo tipo”.
* Periodista de Adital
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