domingo, 8 de julio de 2012

Candidata presidencial




Por Aníbal Delgado Fiallos

Me parece que la candidatura presidencial de doña Xiomara de Zelaya es la mejor que hasta el momento ha surgido; no la conozco personalmente pero por lo que he visto de ella me atrevo a calificarla de muy noble y con una firmeza olanchana que la hace inmanipulable.

Los demás candidatos tanto liberales como nacionalistas no están a la altura de la crisis nacional: unos sin planteamiento coherente como aquel que anda en los buses, otros con cero niveles de estadista, aquellos con un discurso pálido que no entusiasma ni comunica nada.

Me gusta doña Xiomara no por su discurso que está un poco excedido de las realidades nacionales, en eso se nota la influencia de quien nos propuso hace un par de años el salto al socialismo sin doctrina ni programa y a partir del más cruel subdesarrollo; en esto habría que pedir un ajuste para evitar los acentos demagógicos que pueden llevar muy pronto al desprestigio.

Me gusta doña Xiomara por su condición de mujer sencilla, valerosa y capaz de escuchar; no pertenezco al Partido Libre, pero seguramente votaré por ella aunque no sé si por los candidatos a alcalde o diputados porque por lo que veo, por lo menos aquí en Cortés, el oportunismo de mañosos y reconocidos políticos liberales está buscando formas para ubicarse en sus planillas. 

Doña Xiomara no tiene por qué presumir de teórica del socialismo porque ya todos sabemos que no lo es, ni tampoco lo son quienes a veces dan puntadas equivocadas en los discursos que le redactan; para hacer la diferencia basta con que señale con profunda honestidad los problemas más dolorosos de la sociedad, exhiba su dignidad y vigor muy propios y aliente a los hondureños, como lo hizo en su discurso de Santa Bárbara, a caminar por las rutas de la transformación democrática de la sociedad.

Desde que comenzó a presentar su condición de precandidata hubo muchos que señalamos como inadecuada la presencia cercana de su esposo; da la impresión de un titiritero que maneja a su antojo la situación, y esto le resta puntos a ella como persona de decisiones propias; conociendo los abultados niveles de egolatría del señor, no sería raro que este fuera su propósito, pero no hay que olvidar que en Libre ella es el personaje más importante.

Después del lamentable desempeño de los presidentes liberales y nacionalistas, bien caería probar con algo nuevo.

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