sábado, 24 de marzo de 2012

Funcionarios jugando a la impunidad

Radio Progreso

Si un candidato utiliza su cargo y los dineros que tienen que ver con su cargo para hacer campaña política, eso se llama actuar con impunidad. Si esa misma persona utiliza los medios de comunicación para difundir logros de su trabajo, con el fin de aparecer como bondadoso y presentar lo que hace como si se tratase de favores que hace a la gente a cambio de ganar votos, eso se llama actuar con impunidad. Justo lo que hace el actual presidente del Congreso Nacional, junto con sus colaboradores y cómplices más cercanos, entre los que se cuenta el titular del ejecutivo.

Si una persona con su cargo como defensora de derechos humanos decía que cumplía con su trabajo, pero por debajo se dedicaba a hacer arreglos con los que delinquen, como ocurrió con el caso de los jefes policiales responsables de la escapatoria de los presuntos policías que asesinaron dos jóvenes en octubre del año pasado, eso se llama actuar a favor de la impunidad. Justo lo que hizo durante muchos años la que hasta hace muy pocas semanas fungió como fiscal especial de Derechos Humanos.

Si una persona utiliza su puesto como funcionaria pública para elevar su perfil y va realizando las obras de infraestructura conforme a sus cálculos políticos de cara a su carrera electoral, eso se llama promover y actuar bajo el manto protector de la impunidad. Justo lo que calculadoramente hizo el hasta hace unos días Ministro de Obras Públicas, o lo que hacen no pocos de los alcaldes que buscan reelegirse y avanzar en el peldaño hacia una diputación en las próximas elecciones.

Si una persona conoce a carta cabal los nombres de las personas que están detrás de los diversos contrabandos de bienes importados evadiendo todo tipo de responsabilidad fiscal, eso se llama sostener el sistema de impunidad. Justo lo que hace el titular del Poder Ejecutivo, cuando ha protegido a los que han contrabandeado con el arroz y muchos otros bienes de consumo en detrimento de las arcas, de la producción y comercialización nacional.

Si un fiscal posee información precisa para remitir a los juzgados a una persona que ha cometido crímenes o delitos, y no actúa eso se llama actuar con impunidad. Justo lo que está ocurriendo con el Ministerio Público y con la Corte Suprema de Justicia en donde existen indicios muy fuertes de la confabulación de sus funcionarios con el delito y los criminales.

Si una persona o una organización conocen situaciones de corrupción en instituciones públicas o en organismos gremiales, de malversación de recursos públicos o de violaciones a los derechos humanos y prefieren callar por miedo a represalias, eso se llama ser cómplices de la impunidad. Justo lo que ocurre con organizaciones sociales de base o gremiales que conociendo la corrupción de sus dirigentes o los delitos que cometen las autoridades municipales, guardan un silencio cómplice.

La impunidad es todo aquello que oculta la verdad, tuerce las leyes y entierra la dignidad y justicia de las víctimas. Mientras no nos movilicemos para romper el silencio y evitar que los delitos se olviden, nos hundiremos, sea como responsables, cómplices o como víctimas. Hoy todavía podemos hacer frente para derribar la impunidad, mañana sin duda será demasiado tarde.

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