domingo, 4 de marzo de 2012

“El golpismo sigue entronizado en el país”

Rel-UITA

Por Giorgio Trucchi 

Foto G. Trucchi - Rel-UITA

Uno de los momentos más intensos y cargados de emotividad del Encuentro Internacional de Derechos Humanos en solidaridad con Honduras fue el homenaje a las víctimas de la brutal violencia desatada contra las familias campesinas del Bajo Aguán.

Una represión -aseguran las organizaciones que convocaron al evento- que es producto directo de un Estado fallido y de una oligarquía que defiende, a fuerza de balas, el statu quo que le garantiza riqueza y poder político y económico.

Galerías fotográficas:

Los familiares de las víctimas, de las y los mártires del Bajo Aguán, levantan las fotos de sus seres queridos. Caminan lentamente, etéreos, entre la multitud que escucha los nombres de las y los caídos y aplaude, con fuerza, con vigor.

Madres, padres, esposas, hermanos y hermanas, hijos e hijas, rozando los cuerpos, agarrándose las manos. Llanto, mucho, incontenible, como manantiales que brotan en las montañas. Levantan aún más las fotos, lo único que les queda, y que ofrecen con orgullo a las miles de personas presentes en el evento.

Suben a la tarima. Son muchas personas, no caben. Se multiplican, hombro con hombro. Mirada alta, mezclando dolor y rabia, voluntad de luchar. “¡Sangre de mártires. Semillas de libertad!”, grita al unísono un salón abarrotado de gente. Una sangre que será abono para las nuevas generaciones.

Los números, las estadísticas se transforman en rostros, en seres humanos que lloran y juran continuar esa lucha por la tierra y una vida digna. Las y los caídos del Bajo Aguán, sus caras, nos miran ahora alumbrados por decenas de candelas, seguros de que no fue en vano.

“Tenemos una verdadera emergencia en derechos humanos que está marcada por casi 200 asesinatos políticos, 15 desapariciones forzadas, la agudización de la criminalización de los movimientos sociales, la militarización del territorio y la aprobación de leyes que van en contra de los derechos humanos y fortalecen el poder militar”, dijo a Sirel Dina Meza, periodista y miembro del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).

Según Meza, el futuro de Honduras estaría marcado por la recrudescencia de la violencia y de la represión, contra los movimientos que exigen cambios radicales en el país y el respeto de sus derechos.

“Mientras no se lleve a cabo una Asamblea Constituyente que refunde el país, en Honduras no habrá paz y la violencia va a continuar. Hasta el momento no hay un solo delito que haya sido esclarecido, ni hubo castigo para los asesinos y los violadores de derechos humanos.

El golpismo sigue entronizado en el país y hay total impunidad. Tenemos un Estado colapsado y una institucionalidad fallida que engaveta los casos”, aseguró Meza.

Pese a la violenta represión, la defensora de derechos humanos dijo estar segura de que nadie podrá parar la lucha de un pueblo que ha despertado. En este sentido, el Encuentro Internacional de Derechos Humanos que se desarrolló en la ciudad de Tocoa es un paso importante para fortalecer y hacer crecer la lucha del pueblo y la defensa de los derechos humanos.

“La solidaridad favorece y fortalece a los pueblos, y ayuda a paliar un poco el dolor de los familiares de las víctimas. Es vital que nos abracemos, que tengamos ese calor, pero que, a la vez, realicemos también acciones concretas para luchar contra la impunidad”, concluyó Meza.

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