martes, 21 de junio de 2011

La chabacanada


Vos el Soberano

Por Julio Escoto

La oficialista Comisión de la Verdad y Reconciliación de Honduras recibió en fecha reciente el informe especial que sobre asuntos constitucionales produjo en marzo anterior un comité compuesto por cuatro abogados: Noah Feldman, David Landau, Brian Sheppard y Leonidas Rosa Suazo, los tres primeros en su carácter de profesores de escuelas de Derecho en Harvard, Florida State y Seton Hall University respectivamente, y el último como socio de un bufete local, según la información provista.

El documento se concentra en el análisis legal de la "destitución" de Manuel Zelaya Rosales en junio 2009 como presidente de la república, igual que oferta ciertas recomendaciones para mejorar el aparato jurídico constitucional hondureño. Carece de bibliografía de doctrina pero incluye un apéndice sobre individuos personalmente entrevistados, de los cuales tres pertenecen al círculo del mandatario defenestrado y 21 al sector gubernamental, opositor a Zelaya o directamente golpista. Tales acercamientos duraron en promedio dos horas cada uno, tiempo oportuno para convites sociales pero escasamente suficiente para explorar siquiera en la superficie el calibre de los acontecimientos sucedidos. Tampoco se entrevistó a las figuras mayormente visibles de aquel momento histórico: Roberto Micheletti, Manuel Zelaya Rosales o los militares que ejecutaron el golpe. Es obvio que esta sección fue incorporada al informe con funciones de maquillaje, propias para ocultar la debilidad de las argumentaciones.

La redacción del texto transparenta el frágil sustrato intelectual en que se ampara. De continuo surgen frases dudosas que lindan entre la aseveración y la imaginación, a saber: no hay condena categórica a la suplantación presidencial pero se ofrece sugerencias "que eviten eventos similares a futuro"; sin probarlo alude a que Zelaya abusó de sus facultades "para agrandarse o minar otras instituciones democráticas (…) riesgo significativo en muchos países que estos actores puedan erosionar la democracia desde adentro", o emplea elipsis capciosas como "un observador probablemente concluiría que tanto el Presidente Zelaya como muchas otras instituciones involucradas en su destitución actuaron ilegalmente e inconstitucionalmente (…) Zelaya Rosales muy probablemente actuó inconstitucionalmente cuando propuso la ‘consulta popular’ o ‘encuesta’ de la cuarta urna". ¿Qué es ese recurso retórico de "un observador", y peor todavía "probablemente" y luego "muy probablemente", y desde cuándo el acto solo de "proponer" una encuesta puede ser ilegal? ¿Es esto informe científico o ficción?...

A pesar de toneladas de obras compuestas sobre la noción del coup de État, de circulación universal desde que en 1646 la usara James Howell en su libro "Louis XIII", y más tarde la teorizara Curzio Malaparte, los responsables de este contradictorio adefesio suscriben la subsiguiente banalidad: "Tampoco discutimos explícitamente si las acciones tomadas constituyen un golpe de Estado. La expresión ‘golpe de Estado’ no es un término legal que se encuentra bajo las leyes de Honduras ni en derecho internacional. A dicho término también le falta una definición clara, legalmente aplicable"… ¡Santo Cristo!, si esto, dicho por supuestas autoridades académicas de escuelas de Derecho, no es burla a la inteligencia, mensaje para ignorantes nativos o engaño torvo, ya nada es. Luce como documento contratado, escrito por encubridores y cómplices, redactado por unos dólares más. Trae a mi mente la burla intelectual de Rulfo desde su novela cumbre: "eso te prueba lo que te demuestra".

Disimuladamente iguala a víctima con victimario (Zelaya fue "causa" del golpe), medio justifica la actuación castrense ("la democracia estaba en peligro") y echa velos discretos sobre la condición de pretorianismo ––sobrepresencia del estamento militar en la vida pública— que es Honduras hoy. Wikileaks recientes, donde las partes entonces involucradas (magistrados, fiscal) confiesan su desacuerdo primario con la asonada y luego declaran no haber emitido orden judicial alguna para proceder a la "destitución", conducta de que luego se retractan, vuelcan absolutamente por tierra las tesis de este vano instrumento de distracción dejándolo en lo que expresamente es: otra insulsa maniobra para burlar la verdad.

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