martes, 3 de agosto de 2010

Memoria del golpe: La represión del Carrizal, la muerte de Vallejo


Por Oscar Estrada

Dicen que cuando las bestias están acorraladas se vuelven más feroces, eso es lo que está pasando en Honduras. Las visas gringas canceladas hace un par de días a altos ejecutivos de la administración Micheletti, el permanente toque de queda en una cuarta parte del país como respuesta a la presencia de Zelaya en la frontera, la visita del Embajador Gringo Llorens al presidente Mel en Managua tienen al régimen desesperado y están echando mano a todos los monstruos que han tenido guardados por tanto tiempo.

Volvimos a la ciudad de El Paraíso y vimos como la gran mayoría de los manifestantes que se encontraban en los retenes se han vuelto a Tegucigalpa o se han ido por las montañas a Nicaragua para sumarse a los cerca de 2,500 que en la actualidad esperan fuera del país. Sobre eso conversamos con Bertha Cáceres, dirigente indígena y candidata a la vice presidencia por el movimiento independiente quien nos contó, con una sonrisa en el rostro, como lograron burlar el cerco de batallones completos que les daban persecución, ni con los helicópteros pudieron encontrar a trescientos campesinos, dijo, y con eso los indígenas mostraron que los militares no son esa máquina perfecta e impenetrable que ellos se creen.

Por su parte Xiomara Zelaya, convertida en una especie de Eva Perón hondureña, esperaba el salvo conducto para pasar los retenes militares y poder juntar al Presidente con su familia. El salvo conducto llegó, pero para ella sola, sin su familia, sin sus simpatizantes. Ella se negó, no me puedo confiar de ellos, dijo y obligó al ejército reforzar el cerco militar en la zona. Me impresionó mucho ver en la madrugada los vehículos civiles, llenos de hombres armados, paramilitares herederos directos de la contra nicaragüense, gritando por altoparlantes que querían que todos se fueran, ella y los jucos que la acompañan, porque según ellos la culpa de todo la tienen los manifestantes y no el gobierno que los mantiene sitiados.

Hoy jueves nos sumamos a la marcha de la resistencia en el norte de la ciudad, sabíamos que estaban siendo reprimidos, de hecho los alcanzamos unos diez kilómetros del lugar en donde dio inicio la represión y aun venían huyendo de la policía. A la altura del Seguro Social en el mercado zonal Belén, comenzamos a grabar la forma brutal como reprimían a los manifestantes. Los tenían en los camiones y aun sometidos las seguían golpeando, con los toletes, con las culatas de los fusiles, con los pies. La gente trataba de protegerse pero es imposible lograrlo cuando son tantos.

Luego escuchamos la orden desde la tanqueta que daba la advertencia a los policías que los estábamos grabando. Eso causó la alarma entre los agentes, quienes después de las últimas dos muertes ocasionadas y negadas por ellos, aparecieron varios videos que demostraron su responsabilidad en los hechos. Inmediatamente una decena de policías se vino en mi contra y de otro periodista, llegaron con toda la rabia acumulada luego de un mes de resistencia. Primero me pidieron el cassette, mientras me golpeaban con los toletes se los di. Me amenazaban diciéndome que si yo era nicaragüense me iban a matar (afortunadamente no los soy), pero no se conformaron con el cassette y comenzaron a golpearme y a golpear la cámara, la tiraron al suelo y la matearon destrozándola completamente. Luego la desaparecieron. Me dijeron que eran por los “malos hondureños” como nosotros que el mundo tenía a Honduras de rodillas, que no éramos “objetivos” en la forma de presentar la información y que en nuestro país no había represión para nadie. Eso lo decían mientras me golpeaban, me revisaron y se llevaron mi celular para que no pudiera comunicarme con nadie. Luego se fueron. La cámara me la entregaron tres horas después en la delegación policial y tuve que discutir el parte del oficial que intentaba poner que la cámara estaba en “mal estado” y no destruida.

Caminé por unas cuadras para ver a mi compañero con la cabeza rota, a él también le quitaron la cámara, pero a diferencia de la mía, no la destruyeron y por lo mismo no apareció. Seguramente hoy se graban felices del botín del día.


En la posta de Belén llevaron unas doscientas personas detenidas, iban golpeados y agotados luego de la tenas persecución de la que fueron objeto. Entre ellos iba Juan Barahona, dirigente popular y Carlos H Reyes, candidato presidencia por el movimiento independiente, a quien lo golpearon tanto que le partieron el brazo en dos partes.

Hay un profesor de secundaria hospitalizado por un disparo en la cabeza, está en estado de coma y lo más probable es que muera, unos diez heridos más internos por heridas de bala. Inmediatamente la policía salió manifestando que los disparos fueron hechos desde los manifestantes, una técnica que ya se usó en Venezuela con un saldo de 60 muertos.

El gobierno de Micheletti anuncia que llegó la hora de “poner orden” en el país. El mismo hombre que admitió que fue Dios quien lo nombró presidente y no el pueblo. Dios, Orden, Paz, Democracia. El fascismo ha salido de las alcantarías con todos sus dientes afilados.

31 de julio de 2009

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